Psicología Infantil Adolescentes
Es habitual durante la etapa de niñez y adolescencia presentar ciertos problemas de adaptación y los padres no siempre cuentan con recursos suficientes para solucionarlos. Por eso acudir a un psicólogo que los guíe, proporcionándoles pautas de educación de los hijos y entienda el punto de vista de éstos será una gran ayuda a la hora de resolver los problemas.
La terapia con el niño o adolescente se realiza en varias etapas:
- Realización de una evaluación completa y sistemática del posible problema.
- Estudio de cuáles son los factores que hace que ocurra y se mantenga el problema.
- Tratamiento del problema con diversas técnicas.
En el tratamiento la implicación de los padres resultará fundamental.
En HIPSIMED tratamos las siguientes áreas:
ÁREA ESCOLAR Y DE APRENDIZAJE
- Fracaso escolar.
- Rendimiento académico bajo.
- Hábitos de estudio.
- Trastornos de la lectura, escritura y cálculo.
- Orientación pedagógica.
Los trastornos del aprendizaje implican déficit en el aprendizaje y la ejecución de la lectura, la escritura y el cálculo.
Es muy importante realizar un buen diagnóstico diferencial, detectar cuál es el problema que origina ese fracaso escolar y realizar el tratamiento conveniente para cada caso.
ÁREA DE PSICOLOGÍA CLÍNICA
- Problemas de comportamiento: rabietas, celos, etc.
- Desobediencia y agresividad.
- Déficit de atención e hiperactividad.
El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) es uno de los trastornos psiquiátrico-psicológicos más importantes de la infancia y la adolescencia. Es un trastorno básicamente crónico que se manifiesta de forma diferente según la edad. Interfiere en muchas áreas de desarrollo y de la vida del niño y del adolescente.
El TDAH viene definido por 3 síntomas:
- Déficit de atención que contribuye a un bajo rendimiento académico,
- Hiperactividad inapropiada según el nivel de desarrollo del niño.
- Impulsividad .
- Ingesta y conducta alimentaria: falta de apetito, anorexia, bulimia, malas prácticas alimentarias.
- Miedos infantiles:
La fobia es el temor o miedo no justificado ante un objeto o una situación determinada. Este miedo es:
- Desproporcionado, el objeto temido es inocuo y no entraña objetivamente ninguna amenaza.
- Desadaptativo, la elevada intensidad de la respuesta produce notable malestar, serias preocupaciones y síntomas desagradables.
- Ansiedad y nerviosismo.
- Problemas emocionales.
- Trastornos del sueño.
Se considera un trastorno cuando las dificultades o problemas del sueño duran mucho tiempo y afectan toda la dinámica familiar. No consideraremos trastorno del sueño si las alteraciones están motivadas por factores externos concretos: cambio de domicilio, período vacacional, nacimiento de un hermano, etc.
- Secuelas de maltrato.
- Falta de autoestima.
- Violencia y acoso escolar “Bullying”.
- Relajación para niños.
- Depresión infantil
Tanto la depresión infantil como la del adolescente se caracterizan por un estado de ánimo bajo o irritabilidad persistente, acompañada además por alguno de estos síntomas:
- Alteraciones del apetito.
- Baja autoestima.
- Falta de concentración, problemas académicos.
- Desinterés y falta de motivación.
- Sentimiento de desesperanza y culpa.
- Trastornos del sueño.
Otras manifestaciones son el comportamiento agresivo, retraimiento social, quejas somáticas.
Es difícil aceptar que un niño o un adolescente puedan estar tristes o deprimidos, pero una detección a tiempo evitará el empeoramiento del problema.
Control de esfínteres: enuresis y/o encopresis (hacerse pipi y/o caca, respectivamente, en la cama u otros lugares inapropiados)
La enuresis (“hacerse pipi”) es un problema relativamente común en la infancia. Puede ser diurna y/o nocturna. Se estima que a partir de los 3 años un niño debe controlarse durante el día, y a partir de los 6 años durante la noche. Se calcula que un 20% de niños de 5 años padecen enuresis nocturna. Si no hay control debería realizarse tratamiento reeducativo de orientación conductual.
La encopresis (“hacerse caca”) encima o en un lugar inadecuado más allá de los 4 años de edad. Puede ser diurna y/o nocturna. Las causas pueden ser orgánicas (problema físico) o funcional (problema psicológico)